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Enseñar contenidos

en el jardín maternal

Laura Saporito- Carolina Trapani

 

"La educación de los chicos más pequeños sigue generando aún hoy numerosas preguntas. Aunque se ha reconocido que los chicos aprenden desde que nacen, no es claro si corresponde o no hablar de enseñanza en este ciclo, cómo determinar qué debe enseñarse y con qué propuesta didáctica. Es preciso seguir reflexionando acerca de estas cuestiones que definen las funciones y organización de estas instituciones, pero centralmente en el futuro de los niños."

Laura Pitluk


Problemáticas que condicionan la definición de contenidos en el jardín maternal. ¿Por qué resulta crítico hablar de contenidos en el JM?

1- El carácter polémico del reconocimiento del jardín Maternal como institución educativa, como escuela.
Considerar el jardín maternal como escuela "pone en cuestión" el contrato fundacional de estas instituciones centrado en lo asistencial, es decir, creada para cuidar de los niños mientras los padres trabajan.

2- El modo de comprender las posibilidades de aprendizaje de los niños.
La corta edad de los niños expresa limitaciones en la apropiación de ciertos tipos de saberes que se consideran propios de la escuela.
Gran parte de lo que se enseña en los 3 primeros años de vida mantiene una fuerte vinculación con los aspectos evolutivos del desarrollo. Se hace presente la tensión enseñanza-desarrollo.


Se acepta y se define enseñar contenidos en el JM porque:

El jardín maternal en tanto institución educativa, ha de llevar a cabo la función social de la escuela,es decir, transmitir contenidos que expresan la selección de los saberes sociales considerados válidos.

Se amplía el reconocimiento de lo que se enseña al posicionarnos en lo que sí puede aprender el niño.

El desarrollo es un proceso que sucede en contextos culturales, por lo tanto, implica la apropiación de saberes propios de la cultura.

Es posible aproximarnos a una caracterización de los contenidos.

Al ampliar ámbitos de referencia, en particular en los hogares incluyendo las prácticas sociales, para definir los contenidos, muchos aspectos pasan a ser objeto de enseñanza. También se ha de restringir el alcance de los ámbitos de referencia tradicionales.

 

Requisitos que han de reunir los contenidos en el JM.

Constituir un modo de expresar la intencionalidad docente.

Conformar un recorte de "saberes" que incluyen aspectos a enseñar vinculados al desarrollo y a las prácticas culturales consideradas validas para transmitir a los niños pequeños.

Ayudar a enriquecer la constitución de la identidad del mundo que rodea al niño en un doble proceso complementario y simultáneo, que implica el desarrollo personal y esencial y el inicio en la alfabetización cultural (Zabalza 2000).

Expresarse en términos de "haceres".

En las salas de bebés se enseña a confiar, a desarrollar destrezas motoras, a actuar de acuerdo con gestos y modalidades aceptadas socialmente.

Enseñar en situaciones cotidianas, campos de acción (Denies 1989), ámbitos de experiencias (Zabalza 1996) y temas centrales del quehacer diario (Stein y Szulanski 1997) formando parte de situaciones totales en la que se espera que el niño tenga posibilidad de actuar.

Ser el producto de un proceso de "fabricación" que transforma conocimientos y saberes culturales en objetos de enseñanza y cuyo ámbito privilegiado de enseñanza lo conforman: los hogares, los aportes de las ciencias, entre las que se reconocen aquellas que estudian el desarrollo del niño, y el conjunto de las prácticas sociales en las que incluimos las manifestaciones artísticas.


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